Goodbye my lover

Did I disappoint you or let you down?
Should I be feeling guilty or let the judges frown?

‘Cause I saw the end before we’d begun,
Yes I saw you were blinded and I knew I had won.
So I took what’s mine by eternal right.
Took your soul out into the night.

It may be over but it won’t stop there,
I am here for you if you’d only care.
You touched my heart you touched my soul.
You changed my life and all my goals.

And love is blind and that I knew when,
My heart was blinded by you.
I’ve kissed your lips and held your head.
Shared your dreams and shared your bed.
I know you well, I know your smell.
I’ve been addicted to you.

Goodbye my lover.
Goodbye my friend.
You have been the one.
You have been the one for me.

I am a dreamer but when I wake,
You can’t break my spirit – it’s my dreams you take.
And as you move on, remember me,
Remember us and all we used to be

I’ve seen you cry, I’ve seen you smile.
I’ve watched you sleeping for a while.
I’d be the father of your child.

I’d spend a lifetime with you.
I know your fears and you know mine.
We’ve had our doubts but now we’re fine,
And I love you, I swear that’s true.
I cannot live without you.

Goodbye my lover.
Goodbye my friend.
You have been the one.
You have been the one for me.

And I still hold your hand in mine.
In mine when I’m asleep.
And I will bear my soul in time,
When I’m kneeling at your feet.

Goodbye my lover.
Goodbye my friend.
You have been the one.
You have been the one for me.
I’m so hollow, baby, I’m so hollow.
I’m so, I’m so, I’m so hollow.

 

 

Te decepcioné o te fallé?
Acaso tengo que sentirme culpable o debo dejar que me enjuicies?
Y es que vi el final antes de querer empezar
Al ver que estabas cegada supe que gané
Así que con todo mi derecho cogí lo que era mío
Te robé el alma al adentrarse la noche
Puede que se haya terminado pero esto no ha acabado aquí
Estoy aquí para ti por si te interesa saberlo
Tocaste mi corazón, me llegaste al alma
Cambiaste mi vida y todas mis metas
Me di cuenta de que el amor es ciego cuando,
Me cegaste el corazón
Besé tus labios, sostuve tu cabeza
Compartí tus sueños y compartí tu cama
Te conozco bien, reconozco tu olor
Has sido mi gran adicción

Adiós mi amor
Adiós mi amiga
Fuiste la única
Fuiste la única para mí

Soy un soñador pero cuando despierto
No puedes romper mi espíritu porque -son mis sueños los que te llevas
Y si cambias, recuérdame,
Recuérdanos, así como todo lo que solíamos ser
Te vi llorar, te vi sonreír
Te observé mientras dormías durante algún tiempo
Me gustaría ser el padre de tus hijos
Me gustaría pasar el resto del tiempo contigo
Conozco tus miedos y tu conoces los míos
Tenemos nuestras dudas pero ahora estamos bien,
Y te quiero, de eso sí que estoy seguro
no puedo vivir sin ti.

Adiós mi amor
Adiós mi amiga
Fuiste la única
Fuiste la única para mí

Y sujeto tu mano con la mía,
En la mía cuando estoy durmiendo.
Y sostendré mi alma en el momento
En que me arrodille a tus pies
Adiós mi amor.
Adiós mi amiga.
Fuiste la primera.
Fuiste la primera para mí.
Estoy hundido, cariño, estoy hundido.
Estoy, estoy, estoy hundido

 

James Blunt


Derechos del hobbit

Considerando que la libertad, la justicia y la paz en la Comarca tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia hobbitica; (aclaro que éste párrafo no sé lo que significa, pero ha dicho el señor Bolsón que lo metamos, porque queda bonito)

 

Considerando que el desconocimiento y el menosprecio de los derechos de los hobbits han originado actos de barbarie ultrajantes, y que se ha proclamado, como la aspiración más elevada de cualquier hobbit, el advenimiento de una Comarca donde todos estemos liberados del temor a que se acabe la hierba para pipa;

 

La Asamblea General Hobbytla proclama:

 

La presente Declaración Universal de Derechos Del Hobbit como ideal común por el que todos los pueblos de la Comarca deben esforzarse en respetar y hacer respetar.

 

 Artículo 1.- Todos los hobbits nacen. Ejem. Todos los hobbits nacen libres e iguales en dignidad y derechos. Quiero decir, no es que  todos los hobbits nazcan derechos; es más recuerdo al hijo de los Matojo, que tuvo dificultades y sacó primero una mano, pero luego todo fue bien. Quería significar que todos los hobbits nacen libres e iguales en dignidad e iguales en derechos, no se si ustedes me     entienden. No sé, creo que para ser el primero ha quedado algo confuso.

 

 Artículo 2.- Todos los hobbits tienen todos los derechos proclamados en esta Declaración, sin distinción de Cuaderna o parentesco. Esto quiere decir que los Cortinilla, por muy fisgones que sean , también los tienen.

 

Artículo 3.- Todo hobbit tiene derecho a la vida, libertad y a la seguridad de su persona, incluso si es de noche y transita por el Bosque Viejo.

 

 Artículo 4.- Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre, excepción hecha de Bob y Nob, que lo están a servidumbre por lo bien que Mantecona siempre se ha portado con ellos, excepto los sábados y domingos, en los que se podrán tomar el día libre.

 

Artículo 5.- Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes, aunque se llame Gollum y no pronuncie bien las s.

 

Artículo 6.- Todo hobbit tiene derecho a ser hobbit, y a ser reconocido por los demás como hobbit, aunque sea muy feo o no tenga pelos en los pies.

 

 Artículo 7.- Todos los hobbits son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley. Esto quiere decir que los Tuk NO deberán recibir trato especial de favor.

 

Artículo 8.- Todo hobbit tiene derecho a ser amparado por el thain o cualquier oficial de la Comarca, excepto en el caso de que lo persiga un lobo, donde tendrá que atenerse a lo expuesto en el artículo 14.

 

Artículo 9.- Ningún hobbit podrá ser arbitrariamente increpado por un Oficial de la Comarca, aunque rogamos sepan disculpar al Oficial Pedregal quien, debido a su avanzada edad, a veces se confunde, como aquella vez en que el chico pequeño de los Pardal estaba… eh?…, si, ya lo dejo.

 

Artículo 10.- Todo hobbit tiene derecho a ser oído públicamente por otros, aunque su conversación sea bastante aburrida, para exponer sus problemas y sus reivindicaciones, aunque estos nos tengan sin cuidado.

 

Artículo 11.- Todo hobbit tiene derecho a ser inocente mientras no se pruebe su culpabilidad. Entonces tendrá derecho a ser culpable.

 

Artículo 12.- Ningún hobbit será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su smial o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Esto va para los Cortinilla, que se enteren.

 

Artículo 13.- Todo hobbit tiene derecho a circular libremente por la Comarca. Todo hobbit tiene derecho a salir de la Comarca y a regresar a ella, siempre y cuando lo haga convenientemente aseado.

 

Artículo 14.- En caso de persecución, todo hobbit tiene derecho a correr.

 

Artículo 15.- Todo hobbit tiene derecho a ser hobbit. A nadie se le privará de ser hobbit. Esto es por si el artículo 6 no había quedado claro.

 

Artículo 16.- Todos los hobbits tienen derecho a fundar una familia, siempre y cuando la parte contraria este de acuerdo. Porque después pasa lo de siempre, que la suegra nos cae gorda y tal y cual. ¡Pues no haberte casado, idiota!

 

Artículo 17.- Todo hobbit tiene derecho a tener cosas que sean suyas.

 

Artículo 18.- Todo hobbit tiene derecho a pensar lo que quiera y a expresarlo como y donde quiera, EXCEPTO lo que se refiere a la excelente calidad de la hierba para pipa de Tobold Corneta. Cualquier discusión al respecto será considerada de mal gusto. (este artículo ha sido sugerencia de Barbo Corneta)

 

 Artículo 19.- Todo hobbit tiene derecho a no ser molestado a causa de sus opiniones, ronquidos o mal olor. Todo hobbit tiene el  derecho de difundirlas (las opiniones, no lo otro), sin limitación de fronteras.

 

 Artículo 20.- Todo hobbit tiene derecho a reunirse con otros, especialmente en posadas y rodeados de amigos. Nadie podrá ser obligado a ir a una posada si no quiere.

 

 Artículo 21.- Todo hobbit tiene derecho a ser thain, no solo los Tuk. Todo hobbit tiene derecho a ser oficial de la Comarca.

 

Artículo 22.- Todo hobbit tiene derecho a ser invitado por los demás a banquetes y fiestas, y a invitar a otros, según corresponda.

 

Artículo 23.- Todo hobbit tiene derecho a descansar.

 

Artículo 24.- Todo hobbit tiene derecho a descansar más.

 

Artículo 25.- Todo hobbit tiene derecho a pastelillos de carne, de queso, guiso de conejo con orégano, zumos de nueces y de  frambuesa, cerveza 1420 e hierba para pipa. Homologada, por supuesto.

 

Artículo 26.- Todo hobbit tiene derecho a aprender cosas.

 

Artículo 27.- Todo hobbit tiene derecho a cantar, bailar y contar historias divertidas.

 

Artículo 28.- Todo hobbit tiene derecho a que se cumplan estos derechos.

 

Artículo 29.- Todo hobbit tiene derecho a cumplir estos derechos.

 

Artículo 30.- Ninguno de estos derechos podrá ser interpretado para suprimir cualquier otro de la presente declaración.

 

Epílogo.- Con el ánimo de que las cosas vayan mejor para todos, se sugiere que estos mismos derechos se apliquen a otros pueblos y razas, más allá de la Comarca. Debemos procurar llevarnos bien con todo el mundo, con elfos, hombres y enanos, e incluso con los orcos, por mucho que les huela el aliento.

 

Así lo firma y rubrica la Asamblea General Hobbytla, en Cepeda, a día de hoy.


MITOS CELTAS Y DE LA GALIA (tercera parte)

Uno de los ciclos míticos celtas más lleno de atractivo, y en el que sus protagonistas se transforman en héroes inmortales, en el sentido de que pervivirán en la tradición popular para siempre, tiene lugar en tiempos de un legendario soberano que se supone desarrolló sus actividades poco antes del inicio de nuestra era.

Su nombre era Conchubar, y se había erigido en rey del Ulster después de haberle quitado el trono a Fergus, anterior soberano del citado reino. Puesto que aquél se había servido de diversas artimañas y engaños para conseguir sus propósitos, no tardaron los partidarios de este último en reaccionar y, para derrocar a Conchubar, destruyeron la capital del Ulster.

Sin embargo, la descripción de esta epopeya, nos lleva a considerar el arribo, a la historia de las legendarias sagas, de uno de los héroes más célebres de la mitología celta, se trata de Cuchulainn. Este libró cruentas batallas con sus armas invencibles y juró siempre fidelidad al rey del Ulster.

Cuchulainn tiene mucho en común con los héroes clásicos, con el propio Aquiles -destacado protagonista de la Ilíada-, por ejemplo.

El héroe de marras nació de la unión entre un dios y una mujer mortal y, así, su padre fue la poderosa deidad Lugh, que podía llegar con sus enormes brazos -el término Lugh significa "el de los largos brazos"- hasta los lugares más alejados y recónditos. La madre de Cuchulainn fue una hermana del rey Conchubar, por lo que éste era su tío.

El nombre que le impusieron al héroe al nacer fue Setanta pero, cuando apenas había cumplido los siete años, ya dio muestras de una fuerza sobrehumana, pues mató a un perro sanguinario y de poderosas mandíbulas, al que hasta entonces nadie había conseguido vencer. El amo del terrible animal era un herrero que se jactaba de la fiereza de su perro hasta que, en una ocasión que invitó al rey Conchubar a un banquete, éste llevó consigo a su joven sobrino, quien dio muerte al hasta entonces invencible perro. El herrero se llamaba Culann y, por lo mismo, a partir de entonces, al muchacho Setanta pasaron a denominarlo Cuchulainn, concepto que significa "el perro de Culann".

Una serie de avatares, hazañas, sucesos, le acaecerán, a partir de ahora, al joven y reciente héroe Cuchulain. Y, en el discurrir de la célebre epopeya, otros personajes -el valiente luchador Crunn, su esposa Macha, los caballeros de la Rama Roja…- vendrán a completar la serie de aventuras sucedidas en un tiempo mítico, aunque la narración se sitúe a comienzos de nuestra era y en un lugar determinado del condado del Ulster.

El relato explica que Cuchulainn nunca era vencido por sus enemigos porque, en el fragor de la batalla, cuando la ira le poseía, tenía la propiedad de transformar su imagen física, debido a que su cuerpo desprendía gran valor, lo cual hacía parecer al héroe como un ser terrible y temible.

También en otra ocasión, nuestro héroe dará muerte a tres gigantes que a su fortaleza física, unían la capacidad maléfica de utilizar ciertos poderes mágicos con los que vencían a todos sus oponentes. Los gigantes habían retado a los caballeros de la Rama Roja y, éstos, decidieron pedir ayuda a Cuchulainn, quien, sin pensárselo dos veces se puso de su parte y venció a los gigantes.

Era tanto el valor y el arrojo de Cuchulainn, ante sus enemigos, y aumentaba tanto su fama de invencible, de día en día que, hasta los propios dioses, solicitaron su ayuda en varias ocasiones, para lograr vencer a otros dioses. Como saliera victorioso el bando en el que luchaba Cuchulainn, éste fue invitado a permanecer entre los vencedores; se le hicieron toda clase de obsequios, y hasta se le permitió corresponder al amor solícito de la diosa Fand. Pero, puesto que Cuchulainn ya estaba casado con una mujer mortal, decidió abandonar la morada de la hermosa deidad y regresar con los suyos. La diosa Fand, no obstante, procuró al héroe armas poderosas que siempre le otorgarían la victoria ante sus contendientes, fueran éstos dioses o criaturas mortales. La mujer de Cuchulainn era hija de un célebre y poderoso mago que, en principio, se había negado al casamiento de ésta con aquél. Pero la muchacha, de nombre Emer, era tan hermosa que el héroe decidió raptarla; para ello derrumbó el castillo mágico en el que su padre la había encerrado, y mató a éste y a todos los que la custodiaban. Aunque se trataba de luchar contra un mago, y aunque el castillo estaba protegido con sortilegios y hechizos, no por ello se arredró el aguerrido héroe Cuchulainn puesto que, con anterioridad, él había sido iniciado en el mundo de la taumaturgia por una prestigiosa maga que tenía su morada en la región de Alba (Escocia). Antes de separarse de su maestra, y una vez que ya el héroe Cuchulainn conocía ya a la perfección el arte del encantamiento, derrotó a una acérrima enemiga de aquélla: la belicosa guerrera amazona Aiffé. La leyenda explica que, ambos contendientes mantuvieron relaciones íntimas y que, incluso cuando el héroe abandonó aquellos territorios, dejó embarazada a la amazona.

Sin embargo, la verdadera talla de héroe la alcanzo Cuchulainn en la refriega más célebre de toda esta epopeya, es decir en la "Batalla de Cooley". La intervención del joven héroe fue definitiva para que el mítico "Toro de Cooly" fuera devuelto al reino del Ulster; además, aquí consolidó su hegemonía definitivamente y ganó para sí el título de "campeón de los Ulates".

Todo sucedió porque la codiciosa Maeve -que era un hada malévola, que reinaba sobre las demás hadas, que tenía atemorizadas a todas sus compañeras y que conocía todos los sortilegios y conjuros- se desposó con el soberano de una región limítrofe del Ulster. Como regalo de boda, recibió de su esposo un hermoso toro de color blanco. Ningún otro ejemplar le igualaba, salvo el toro de color negro que tenía el rey del Ulster.

Maeve, que era muy rica, le ofreció al soberano de este condado, es decir a Conchubar, todos los bienes pecuniarios que le pidiera, a cambio de aquel animal tan hermoso y único. Pero, todas sus propuestas fueron rechazadas y, entonces, la malvada Maeve decidió robar el toro del Ulster. Y hacia allí se dirigió con su ejército, no sin antes evocar una especie de conjuro que paralizaría a todos los guerreros de su oponente.

Sin embargo, tales artes no hicieron efecto en Cuchulainn, puesto que tenía por ascendiente a un dios y, cuando el ejército de Maeve se acercaba confiado a los confines del reinado de Conchubar, les salió al paso el más temible y poderoso de todos los legendarios héroes que en el mundo de la fabulación ha sido. Con sus armas poderosas, con sus poderes mágicos y con su valor y fuerza, Cuchulainn se enfrentó con todo el ejército de aquella hada mala -ya resulta curioso descubrir que no todas las hadas eran buenas- y, después de cruentos combates, acabó con todos sus enemigos, los cuales no pudieron contrarrestar los terribles efectos de las armas que la diosa Fand le había dado. El toro robado será restituido por Maeve al reino del Ulster.

Pero, algunas de las escenas que suceden en la batalla hacen llorar a Cuchulainn de dolor y pena. Es el caso que con el ejército adversario viajaba otro gran héroe llamado Ferdia, célebre por su arrojo y valentía, y al que nadie había vencido nunca. Cuchulainn y Ferdia eran amigos desde la infancia y se habían prometido, en innumerables ocasiones, ayuda mutua. Ninguno quería luchar contra el otro pero, la malvada Maeve, logró emborrachar a Ferdia, y engañarle con fingidas promesas de amor, hasta que consiguió ver enfrentados a ambos héroes.

Se inicia una dura y encarnizada lucha cuerpo a cuerpo, en la que uno de los dos valerosos jóvenes tiene que morir. Los dos son valientes y fuertes, pero Cuchulainn tiene más experiencia en la lucha y mejores armas y, aunque al principio ambos contendientes tomaban aquello como un juego y no se hacían daño alguno, sin embargo, pronto cambió el cariz de su enfrentamiento, y un tremendo golpe de la espada mágica de Cuchulainn acabó con la vida de su amigo de la infancia. La muerte de Ferdia fue considerada por Cuchulainn como una pérdida irreparable para él y, dice la leyenda, que cayó de rodillas allí mismo, y de sus ojos brotaron lágrimas de arrepentimiento que regaron el cuerpo inerte de su antiguo camarada.

Sin embargo, y aunque el héroe Cuchulainn tenía por ascendiente a un dios, él mismo no era inmortal y, la epopeya de su combate contra las huestes de la malévola Maeve, prosigue hasta que llega un trágico final. El caso es que todavía el héroe del Ulster tiene que luchar contra otros guerreros poderosos, a los que Maeve ha traspasado su magia y sus malas artes. Entre éstos se destacará quien, con su ingente prole -según la leyenda tenía veintisiete hijos-, se enfrenta a Cuchulainn y le arrebata su lanza mágica. A continuación le infiere graves heridas por las que brota mucha sangre y, el héroe, que ve llegado el momento postrero para él, decide atarse con su cinturón de cuero a una columna para morir de pie. Cuenta el relato que su caballo se alejó, luego de rozarle con su morro, de aquel lugar, a todo galope. En cuanto a Emer, esposa del malogrado héroe, morirá deshecha en lágrimas sobre el cadáver de Cuchulainn. Ya al borde de la muerte, aún logró partir con su poderosa espada el acero del enemigo que se acercaba para cortarle la cabeza, pues tal era la bárbara costumbre de entonces, logrando así no morir decapitado.


Hubo otras sagas de aguerridos héroes entre los celtas, además de Cuchulainn, Por ejemplo, la del guerrero Finn que, según la narración legendaria, fue hallado en un espeso bosque, al pie de un gigantesco árbol, por el séquito de un mítico soberano -su madre le había abandonado cuando era un recién nacido- y, era tal su belleza, que le pusieron por nombre Finn, palabra que significa "bello, hermoso".


más sobre hadas

Las hadas tienen la facultad de hacerse visibles o invisibles a los ojos mortales y, simultáneamente, pueden resultar visibles a una persona e invisible a otra. A veces, sin embargo, se las puede espiar sin que lo sepan. Esto ocurre normalmente cuando están trabajando o dedicadas a sus feéricas diversiones, y los humanos las descubren cuando se tropiezan con ellas de improviso o emplean métodos engañosos para localizarlas.

Con frecuencia, es éste un elemento esencial, ya que la mayor parte de estas visiones de las hadas se producen al medio día, cuando el sol está en su cenit, o contrariamente a media noche y en las horas crepusculares que preceden al ponerse el sol, o al amanecer, y que marcan la transición de la luz a la oscuridad o viceversa. Hay que advertir también que la hora del alba es el momento propicio para que puedan huir aquellos seres humanos sobre quienes las hadas lanzaran un conjuro.

El 1 de mayo (en que se celebra la vuelta al solsticio de verano), la víspera de San Juan o de Todos los Santos (que señala para los celtas el paso del año viejo céltico al nuevo), son ocasiones especialmente favorables para contemplar a las hadas. Este elemento de transición es también importante cuando se trata de personas, y ello explica por qué los niños crecederos y, sobre todo, las jóvenes poco antes de la pubertad, tienen muchas más probabilidades que los adultos para observar a esa gente menuda. Por esta razón, todo padre prudente cuidará de asegurarse que el día 1 de mayo sus hijos lleven ropas adornadas con campanillas o guirnaldas de margaritas, porque les protegerán contra el peligro de las hadas.

Existe en algún lugar de Gales un lote de césped en el que, cualquiera que pase por él, puede lograr una fugaz visión del país de las hadas. Sin embargo, guarda muy bien su secreto, puesto que jamás puede hallarse dos veces el lugar exacto.

Por lo general, a simple vista, no se puede ver a las hadas en su estado invisible, pero eso puede modificarse si el mortal lleva consigo un trébol de cuatro hojas. Se cuenta el caso de una lechera que, por casualidad, acertó a coger un trébol de cuatro hojas con la hierba con que solía aliviar el peso del cubo sobre su cabeza. Y cuando a continuación miró la vaca, vio que había docenas de hadas haciendo turno para ordeñarla.

Aplicando un ungüento de hadas a los párpados (normalmente, este ungüento está reservado para untarlo sobre los párpados de los niños feéricos que tienen madres mortales), disipan también las apariencias engañosas que emplean las hadas para ocultar su verdadero aspecto. Sin embargo, el ser mortal que se atreva a agudizar su visión con ese ungüento prohibido, corre el riesgo de desatar la ira de las hadas. Ha habido quien, en castigo, fue cegado.

 

Por lo general, al camuflaje protector que emplean las hadas se le denomina “hechizo”, y con frecuencia tiene como fin engañar a los mortales haciéndoles creer que se hallan ante alguien de su especie.

 

Robert Kirk, en su libro La Comunidad Secreta y Ensayo sobre la naturaleza y los actos de la gente subterránea (y en su mayor parte) invisible, llamada en otros tiempos elfos, faunos y hadas, o cosa semejante, entre los escoceses de las tierras bajas, tal como los describen quienes tienen una segunda visión… (1961), aseguraba la calidad fugaz de la esencia de las hadas. Son “de naturaleza media entre hombre y ángel”, y tienen “cuerpos ligeros y variables (como los llamados astrales); con algo de la naturaleza de una condensación de nubes y que se aprecian mejor al crepúsculo. Los cuerpos son tan manejables por la sutileza de los espíritus que los agitan, que es posible hacerlos aparecer o desaparecer a voluntad”. Esto sólo tienen lógica en vista de que las hadas tienen la facultad de regular su tamaño, arte que de denomina transformación. Pueden, a su albedrío, llegar a ser inmensos o encogerse mágicamente hasta el tamaño de una simple mota de polvo. Puede, además, cambiar radicalmente de aspecto, adoptando cualquier forma que puedan desear. Nunca se insistirá demasiado en la importancia de esta facultad de transformación de las hadas. Afecta a todos los aspectos de la vida feérica. Por supuesto, algunas hadas pueden jactarse de la facultad de transformar el aspecto o el tamaño de otras hadas y también de los mortales. Las mismas hadas adoptan una variedad indeterminable de formas y de colores.


Se escapa un suspiro…

Paseando por la red he encontrado algo digno de mención (más en http://blogs.ya.com/elbalrogdemoria/ )

 

Memoria

Ayer te recordé.

Como dibujados por un lápiz invisible, a poca distancia de mis ojos se fueron perfilando uno a uno todos los detalles de tu rostro que tanto amaba.

Lo primero que vi de ti fue el lunar que tenías en la sien, junto a la ceja derecha, donde te besaba cuando me hacías reír. Luego recordé la punta de tu nariz, ese botoncito que me hacía cerrar los ojos cada vez que me recorrías el cuello con él. Poco después se me apareció el fantasma de tu labio inferior, tan rojo y carnoso como en aquellos días, cuando lo podía morder. El lóbulo de tu oreja izquierda, rosado, redondo, suave, llamó a mis besos con la misma voz infantil de antes, de siempre. Un segundo después, me envolvió el fresco aroma de tu pelo mientras mi pecho sentía las mismas leves cosquillas que cuando, en otros tiempos, te divertías deslizando tu melena morena sobre mi torso desnudo. La memoria de tus dientes arañó mi carne y, cuando ya me creía perdido en el delirio, tus ojos de almendra y miel llegaron para decirme adiós, igual que lo hicieron aquella última vez.

Ayer, amor mío, te recordé. Hoy lucho en vano por no olvidarte de nuevo.


más sobre hadas

Los seres fantásticos se rigen por un extraño código de moral. Si bien existe un preciso código del honor entre los distintos habitantes del mundo de las hadas, un hada no tendrá ningún escrúpulo en apropiarse de las viandas, artículos y ganado de los mortales.

Es inquietante, pero estas raterías no se detienen ante los mortales y, sobre todo, ante las criaturas humanas que son de inestimable valor para inyectar sangre nueva en su menguada raza. Los que más riesgos corren son los niños de cabellos dorados, y las madres mortales deberán tomar todas las precauciones posibles para proteger a su descendencia hasta que estén bautizados y sin peligro. Además, más de una vez, a las comadronas humanas se las han llevado en secreto al país de las hadas para cuidar de una criatura fantástica.

Cada siete años, el país de las hadas tiene que pagar un diezmo al infierno, y para el pago se emplean cautivos humanos. La forma más corriente de apoderarse de un ser humano es robar a un infante y dejar en su lugar un sustituto de las hadas. Este sustituto puede ser un elfo viejo y feo, o incluso uno fabricado de madera, pero que, por encantamiento de las hadas, parece ser una copia exacta del niño robado. Entonces, a veces, muere al parecer y se le entierra, mientras al niño verdadero se le cría en el país de las hadas para inyectar a una estirpe decadente y débil un linaje nuevo y saludable. Y puede acabar siendo ofrecido como parte de ese diezmo septenal.

Si el doble del niño no muriese, acaso tome un aspecto marchito o deforme, o se torne enfermizo e irritable, o bien se le desarrolle un apetito voraz. A la criatura se la puede obligar a revelar su naturaleza feérica por diversos medios. Uno es colocarla sobre una pala al rojo o arrojarla al fuego. Entonces saldrá volando chimenea arriba. Otro método menos cruel y más corriente es el de pasar por los movimientos del agua de fermentación en cascarones de huevo vacíos. La criatura, al advertir esto, se incorpora y con voz extraña de viejo declara: “He visto el huevo antes que la gallina. He visto la primera bellota antes que la encina. Pero nunca he visto fermentar en una cáscara de huevo”, con lo que se revela su anciana edad. Puede entonces echársele al fuego, tras lo cual, riendo y gritando, volará chimenea arriba. Es muy probable que entonces se encuentre en la puerta al niño verdadero.

Alguna vez se ha dado el caso de que una de estas minúsculas personas haya sido capturada por los humanos. Lamentablemente, éstas son siempre las más vulnerables e indefensas de su raza y casi siempre se consumen y mueren cuando no hay posibilidad de escapar.


MITOS CELTAS Y DE LA GALIA (segunda parte)

También los animales eran objeto de culto y veneración entre los galos. Algunos grupos tribales llevaban el propio nombre de un determinado animal para, así, mostrarle la veneración y el culto debidos.

Por ejemplo, la tribu de los "Tauriscí" recibía ese nombre porque sus componentes estaban considerados como "los hombres y mujeres del Toro". Los "Deiotarus" pertenecían al grupo del Toro deífico. Los "Lugdunum" eran llamados así porque habitaban en la colina del cuervo. Los "Ruidiobus" aparecían asociados al jabalí y al ciervo. La tribu de los "Artogenos" era un pueblo ligado a la existencia de animales como el oso. Y hasta había una diosa que recibía el nombre de "Artío", y aparecía representada con la figura de una osa.

Lo cierto es que existen numerosas representaciones artísticas que muestran la importancia que, entre los celtas, adquiriría el totemismo animal. También abunda una especie de legislación no escrita, que es una consecuencia directa de esta consideración sagrada de los animales, por la cual los pobladores celtas se mostrarán escrupulosos a la hora de conseguir sus alimentos. Por ejemplo, entre los celtas no se consumía carne de caballo, puesto que éste era uno de los animales considerados sagrado, y exclusivamente destinados a menesteres bélicos.

Animales como la liebre, eran utilizados por los pobladores galos con fines relacionados con la predicción profética y la visión futura. También el pollo, el gallo y la gallina eran animales venerados por los galos, y su carne no podía comerse.

Lo curioso es que, al lado de tanto respeto por los animales, los galos practicaban sacrificios cruentos de seres humanos que ofrecían a unas deidades consideradas despiadadas. Entre estos dioses, cabe destacar a Esus, Teutatés y Tarann; el primero de ellos era un dios leñador, considerado como dueño y señor de campos y vidas. Era muy similar a un dios secundario del panteón clásico, especialmente del romano, que tenía los mismos atributos que la deidad gala, y que llevaba por nombre Herus.

El segundo de ellos estaba considerado como un dios relacionado con la población, con el pueblo, pues "Teutatés" guarda relación con una palabra celta que significa pueblo. No parece, por lo demás, que tenga mucho que ver con la existencia de una deidad sanguinaria que exige vidas humanas. 

El último de los tres enumerados, Tarann -también llamado Taranis-, deriva su nombre de la palabra gala tarah, que significa "relámpago", y estaba considerado como el dios del fuego y de las tormentas. También aparecía, a veces, como una deidad relacionada con otros elementos esenciales distintos del fuego, tales como el agua, el aire y la tierra, sobre los que incidiría como una especie de principio activo.

También se le ha relacionado con el conocimiento y la intuición, por lo que no parece que sea un dios detentador de tamaña barbarie como era el sacrificio de vidas humanas. 


Y puesto que la mitología gala contiene más de cien deidades, la variedad está asegurada. Es decir, que al lado de los anteriores, considerados por los narradores de mitos como sanguinarios, existen otros de características radicalmente opuestas. Por ejemplo, en este sentido, cabe citar al benéfico y altruista, si es que se me permite la expresión, dios celta Dagda. Este era conocido por el atributo del caldero de la abundancia -entre los celtas, el caldero era uno de los objetos cargados de simbolismo mágico y mítico, pues en su fondo se guardaban las esencias del saber, de la inspiración y de la extraordinaria taumaturgia-, con el que alimentaba a todas las criaturas. Y, no sólo quedaban satisfechos de forma material, sino que también, quienes acudían al caldero próvido de Dagda, sentían saciadas sus apetencias de conocimiento y sabiduría.

Otra cualidad del dios Dagda era su relación directa con la música, y con su poder evocador. Uno de sus atributos, precisamente, era el arpa; instrumento que manejaba con maestría y arte, y que le servía para convocar a las estaciones del año. Arrancaba, también, tan suaves melodías a este instrumento que muchos mortales pasaban de este mundo al otro como en un sueño, y sin sentir dolor alguno, ni siquiera percatarse de ello.

El dios Dagda fue una especie de Orfeo céltico y, entre sus descendientes, cabe citar a Angus que cumpla entre los irlandeses las mismas funciones que el Cupido clásico. Angus era la deidad detentadora del afecto y del amor y, en vez de lanzar dardos o flechas, tiraba besos que no se perdían en el aire, sino que se convertían, después de haber cumplido, por así decirlo, su misión, en dóciles y delicadas avecillas que alegraban con su melodioso trinar la vida de los felices enamorados.

También tuvo Dagda una hija llamada Brigt que fue considerada por los celtas como la protectora de las artes declamatorias y líricas. Se la encomendó el patrocinio de la ciudad y, entre los galos, era quien guardaba el caldero del conocimiento, la sabiduría y la ciencia.

Hubo otros dioses celtas que casi eran réplicas perfectas de las deidades clásicas. Tal es el caso del dios Mider,cuyas características son muy similares al Plutón de los clásicos, pues estaba considerado como el dios que gobernaba sobre los abismos subterráneos e infernales. Siempre se le representa con un arco, que sabe manejar con extrema habilidad, y que le sirve para seleccionar a sus posibles víctimas, las cuales escoge tanto entre los héroes como entre los mortales. En ocasiones se le ha comparado con una especie de Guillermo Tell, galo.

Cabe también citar a otras criaturas que poblaban la región de los celtas y que guardan, también cierto paralelismo con otras similares en el mundo griego y romano. Se trata de seres de talla descomunal, y tamaño desproporcionado; de gigantes que, como el irlandés de nombre Balor, apenas podía mover sus párpados -se dice que tenían que sujetárselos con un horcón para que se mantuvieran levantados- y, sin embargo, era capaz de infligir a sus desgraciadas víctimas un daño irreparable, para el que no había lenitivo ni remedio alguno. Se trata del incurable mal de ojo. En la mitología clásica existen personajes parecidos entre la raza de los cíclopes, que tenían un solo ojo, de grandes proporciones, en medio de su despejada frente.


Otros héroes celtas legendarios, cuya prestancia difiere radicalmente de la del gigante Balor, son el rey Fionn y el héroe Bran. Del primero se dice que tenía tanto poder, que cuando se encolerizaba era capaz de cubrir de nieve toda Irlanda durante un largo espacio de tiempo.

Del segundo, se conoce una de sus más célebres empresas, la cual no es otra que la contenida en aquella legendaria narración, en la que se describe cómo el héroe mítico Bran, para librar batalla con sus enemigos, fue capaz de atravesar andando el mar de Irlanda.


También cabe mencionar la leyenda del más conocido de los reyes legendarios celtas, cuyas aventuras han quedado recogidas en escritos galos e irlandeses y, a quien se le presenta, ora como un dios, ora como un héroe inmortal y, en ocasiones, como un simple mortal que lucha contra el invasor anglosajón.

El ciclo medieval del Rey Arturo narra las hazañas de este personaje mítico que, por lo demás, ayudado en su lucha por deidades detentadoras de poderes maléficos y benéficos, a un tiempo. La importancia que se le atribuye al episodio de la búsqueda del Santo Grial, basado en una creencia medieval cristianizada, y la serie de personajes -como los Caballeros de la Tabla Redonda, Perceval y Lancelot, etc- y avatares que se suceden para descubrirlo, tiene ya un precedente en la más ancestral tradición celta. Es decir, en aquella que relaciona al héroe Arthur con el hallazgo del caldero mágico, del cual se apoderó pero, al ir a subirlo al navío se encontró con que su tripulación había crecido en demasía y no cabían en la nave. Lo cierto es que en Irlanda existen innumerables narraciones míticas, llenas de encanto y misterio, que han servido de inspiración, en numerosas ocasiones, a cualificados artistas y escritores de todos los tiempos.


más sobre hadas

Si bien, a veces, las hadas, son muy capaces de mostrarse adustas, sangrientas o incluso brutalmente vengativas, son también, sin discusión alguna, las mayores bromistas del mundo y su propensión a las jugarretas la comparten incluso las mejores hadas buenas. Estas travesuras fundamentalmente alegres resultan más evidentes cuando intervienen personajes como Hedley Kow:

 

Hedley Kow era un duendecillo, enredador más que maligno, que se aparecía en la aldea de Hedley, cerca de Ebchester. Su aparición no era nunca muy alarmante y solía terminar sus bromas con una risa de caballo a costa de sus víctimas. Se presentaba a alguna vieja mujer que recogía estaquillas para formar como un haz de paja, que tenía la seguridad de poder alzar y transportar. Entonces resultaba tan pesado que la mujer tenía que soltar su carga en el suelo, con lo que las pajas se “animaban”, se ponían de pie, y huían ante sus ojos, hasta que acababan por desaparecer ante su vista con gritos y carcajadas.

William Henderson, en sus Notes on the Fol.-Lore of the Northern Counties of England and the Borders (1879), también nos cuenta cómo a Kow le encantaba perturbar la vida de la alquería, pues se dice que imitaba constantemente la voz de los enamorados de las mozas, volcaba la olla de las berzas, le daba la nata a los gatos, deshilaba las labores de punto o estropeaba la rueca. Otros trucos favoritos de las hadas traviesas eran extraviar a los caminantes incautos (lo que a veces se denomina guía de los duendes) o asustar a las gentes.

Entretanto, la actitud de las hadas para con los humanos tiene una inclinación extrañamente moralista. Cuentan con que, en lo que a ellas se refiere, se adopte un determinado modo de conducirse, fijan elevadas normas de orden para los hogares humanos que suelen visitar, aunque prohíben la existencia de ojos curiosos cuando lo hacen. A las hadas les gustan los seres humanos alegres y generosos, y sienten especial simpatía por los enamorados. Les encanta que por las noches les dejen alimentos y vino, aunque son muy moderadas.

Las hadas de la colina Irlandesa aman con pasión la belleza y el lujo y sienten un absoluto desprecio por el ahorro y la economía. En sus Leyendas antiguas de Irlanda, lady Wilde abomina de la mano cerrada y cicatera que recoge el último grano y escurre la última gota de la colodra, y arranca la fruta de árbol hasta dejarlo desnudo, sin nada para los espíritus que vagan a la luz de la luna.

El perezoso y deshonesto será castigado con pellizcos, calambres y hasta con cojera y algo peor. La fregona que no recoge el fogón ni dispone agua limpia para que se bañen los hijos de las hadas lo hace a su riesgo, si bien una consciente atención a estos detalles pudiera proporcionarle una dádiva de dinero en su zapato al despertarse, además de mucha suerte…

La formalidad y la bondad, por regla general, se recompensan con la buena suerte. No obstante, quien recibe las gracias de las hadas no debe hablar de ellas, ya que su protocolo exige el secreto. Aunque parezca extraño, la conducta que se ha de seguir para mantener relaciones amistosas con las “buenas vecinas”, no sólo prohíbe que se revelen la ayuda o los dones a otros mortales, sino también toda expresión de agradecimiento. Si un ser humano agradecido tratase equivocadamente de dar las gracias a un industrioso pero harapiento espíritu travieso o demonio familiar, haciéndole el obsequio de un bonito traje, no recibiría gracias por ello, puesto que el pequeño salvador se ofendería y partiría para no ser visto jamás.

Otra extraña singularidad de la naturaleza feérica es la referente a los préstamos. Si un mortal tomase prestados utensilios o alimentos de un ser fantástico, le ofendería inmensamente si, por gratitud, le brindase más de lo que antes obtuvo prestado. En cambio, las hadas devuelven con generoso interés los préstamos de grano que se les hacen, si bien devuelven siempre cebada por avena.

Ocurre con frecuencia que los dones y recompensas de las hadas son puramente productos de la ilusión y pronto vuelven a sus formas primitivas.


ídem

"estoy convencido de que no soy una persona especialmente interesante. No hay nada especial en mí. Soy pintor, alguien que pinta todos los días de la mañana a la noche. Figuras, paisajes; de vez en cuando, retratos. Las palabras, habladas o escritas, no me salen con facilidad, especialmente cuando tengo que decir algo sobre mí mismo o sobre mi trabajo. (…) Si alguien quiere descubrir algo en mí (…) puede contemplar atentamente mis pinturas y tratar de descubrir a través de ellas lo que soy y lo que quiero"

Gustav Klimt


DADÁ

Libertad:  DADÁ DADÁ DADÁ, aullido de los dolores crispados, entrelazamiento de los contrarios y de todas las contradicciones, de los grotescos, de las inconsecuencias: LA VIDA.

Tristán Tzara.